En 1855 se publicó Hojas de hierba. En esta edición encontramos el memorable poema “Canto de mí mismo”. En ediciones posteriores se incorporan otros poemas como “Redobles de tambor”, donde se describen las consecuencias de la Guerra Civil, y “¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!”, la elegía a Abraham Lincoln. Whitman dedicó su vida a este poemario: la primera edición contaba con doce poemas y la última con más de cuatrocientos.

Hojas de hierba

Hojas de hierba es la epopeya norteamericana: el canto al nacimiento y desarrollo de los Estados Unidos, con todas sus gentes, diversidad, paisaje y libertad. Expresa igualdad, amor por la naturaleza y erotismo. Es el poema que entierra la vieja Europa y canta al Nuevo Mundo, en el que desde el yo poético se ama a todas las gentes.

Hojas de hierba es también una persona: «Esto no es un libro: / quien lo toca, toca a un hombre», sentencia Whitman. El germen del poemario se remonta a los discursos de Ralph Emerson, escritor trascendentalista que describe su ideal de poeta americano. Muchos persiguen este ideal, pero Whitman lo personifica y se convierte en el centro del canon literario norteamericano. Su canto es al mundo nuevo: deja atrás la heroicidad individual europea y se convierte en un canto al presente. Ahora el héroe o protagonista es toda una nación, cada habitante y cada lugar, desde lo montañoso hasta lo urbano.

El poemario no es una cascada de metáforas; es más bien una descripción del descubrimiento de los Estados Unidos. Whitman experimenta por primera vez con el verso libre y utiliza un lenguaje sencillo. Su poema se acerca a la prosa y rompe con las ataduras del canon europeo. A diferencia de la narración lineal tradicional, Hojas de hierba es una narración circular, en la que todo desemboca en todo y todos se articulan en un conjunto no caótico. Además, incorpora un lenguaje directo: vocabulario soez, sudor, basura o fornicación forman parte de su poesía, porque también son parte de la vida. Incluso en su tiempo fue tildado de inmoral.

Whitman es también el bardo de la democracia; reivindica la igualdad y la importancia de cada sujeto. Además, declara el Destino Manifiesto de su país: el destino divino de su expansión.

Hojas de hierba es una epopeya democrática y una declaración de América como el Nuevo Mundo.

Walt Whitman

Walt Whitman nació en Long Island, Estados Unidos, en 1819. A los once años comenzó a trabajar, aprendió sobre imprenta y escribió sus primeras composiciones sentimentales y artículos. Posteriormente se dedicó a la docencia en varias escuelas, aunque no estaba hecho para ello. Luego trabajó en The Long Islander, que fue su propio diario, y en Aurora o Brooklyn Eagle en Nueva York. En 1850 inició la composición de Hojas de hierba. En 1862, con el estallido de la Guerra de Secesión en Estados Unidos, Whitman se enlistó como enfermero en Washington. Después trabajó para el gobierno y en 1873 comenzó a padecer una parálisis parcial. Falleció el 26 de marzo de 1892 en Nueva Jersey.

Existen controversias respecto a su homosexualidad. Oscar Wilde, quien lo conoció, afirmaría: «Todavía guardo su beso sobre mis labios». También era conocido su rechazo hacia el alcoholismo. Además, Whitman era deísta: no creía en las iglesias, pero sí en un Dios.

Walt Whitman, fotografía de George C. Cox

Influencia

La influencia de Whitman en la literatura hispanoamericana inicia con José Martí, mediante el cual llega a Rubén Darío en su afán de renovación. Darío escribe un poema titulado Walt Whitman en su poemario Azul, vértice del Modernismo hispanoamericano. José Santos Chocano afirma con arrogancia: «Walt Whitman tiene el norte, pero yo tengo el sur», y su compatriota Westphalen declaró su admiración total. Juan Ramón Jiménez, creador de Platero y yo, también escribe sobre Whitman. Borges lo reivindica y se identifica con el autor: «Yo soy Whitman», afirma, y traduce el poemario dedicándole gran parte de su vida. De igual manera, los poetas Huidobro, Neruda o Pablo de Rokha expresan su admiración hacia él.

Whitman es el hacedor de la renovación estilística y formal en la poesía moderna, el profeta de América, el creador de Hojas de hierba, el bardo que canta la grandeza del hombre común.