Resumen
I
La historia inicia con Gregorio Samsa transformado en un insecto. Pese a esto, le preocupa su trabajo, así que trata de levantarse, pero es una tarea difícil. Su familia pregunta por él; Gregorio responde, pero su voz ha cambiado. Su jefe llega a la casa para instarle a salir porque no está presente en el trabajo y, ante tanta insistencia, Gregorio, después de morder la llave para girarla, finalmente sale de su habitación. El espanto es evidente: el apoderado se va horrorizado por lo que ve y el padre toma el bastón que este había dejado y amenaza a Gregorio hasta que regrese a su habitación.
II
Su hermana Grete será la única persona que, pese a la monstruosidad del insecto, trate de ayudarlo: le lleva comida y limpia su habitación mientras Gregorio, consciente de su apariencia, se esconde cuando ella está presente. Gregorio va explorando su nueva condición y comienza a caminar por las paredes. La hermana resuelve sacar los muebles para darle mayor comodidad, pero el insecto siente que le están quitando lo poco de humanidad que le queda. Así que Gregorio sale de su escondite y se queda pegado a un cuadro para espantar a quien quiera arremeter contra su habitación. Al verlo, su madre se desmaya. Grete busca un remedio y un trozo de vidrio cae sobre Gregorio. Llega su padre y, al ver la escena, toma unas manzanas que va arrojándole una a una al insecto. Un trozo se incrusta en su cuerpo.
III
Ya que de Gregorio dependía el sustento familiar, con su conversión todos empezarán a trabajar: el padre será ordenanza de un banco y se niega a quitarse el uniforme; la madre se dedicará a la costura, y la hermana será dependienta y estudiará por las noches. Además, se contrata a una nueva criada que trata mal a Gregorio y se alquila parte de la casa a tres inquilinos.
Grete tocaba el violín y anhelaba ir al Conservatorio. Los huéspedes, al enterarse de su talento, le piden al padre que toque para ellos. Gregorio, al verlos, nota que se aburren; piensa que, pese a su condición, es todavía humano al sentir la música. Se ilusiona, cree que diciéndole a su hermana que toque para él, ella se lo agradecería. Entonces, Gregorio, ya sucio y empolvado, desde su rincón oscuro asoma la cabeza por la puerta; los inquilinos lo ven y se espantan. Grete, molesta por la interrupción, expulsa su ira contenida y, finalmente, se le oye decir que no soporta más la presencia de su hermano, un insecto, una molestosa carga.
La criada encuentra a Gregorio, y este ya no responde. Se había entregado al olvido, a la muerte. La sirvienta anuncia groseramente el fallecimiento de Gregorio como si se tratara de un objeto, un animal más. Su cuerpo estaba lánguido y seco. La familia no puede ocultar su alegría: ahora viaja en un tren. El padre le dice a Grete que es hora de buscarle un marido.

Kafka y el señor Kafka
Kafka tuvo una relación difícil con su padre. La visión de este es vertical, prepotente y conservadora; obliga a Franz a estudiar Derecho. El Kafka adulto le escribió varias cartas donde le interpela este pasado. Estas no llegaron a su destinatario, pero fueron reunidas en Cartas al padre.
En La metamorfosis, el álter ego de Kafka será Gregorio. Se nota la relación con su padre en la obra, en momentos como cuando este lo amenaza con el bastón o con las manzanas, y Gregorio solo baja la cabeza. El resto de la obra de Kafka tiene también carácter autobiográfico: El proceso trata sobre una justicia invisible y El castillo, sobre la burocracia y la alienación. Estas obras estarán recorridas transversalmente por el absurdo o por el término instaurado: lo kafkiano.
La deshumanización
El trabajo burocrático de Kafka se refleja también en la obra. Gregorio es un personaje entregado a la cotidianidad de un trabajo que lo avasalla. Dentro del contexto capitalista del vanguardismo, la obra se puede interpretar como la deshumanización del hombre a causa de la absorción del sistema o la pérdida del yo para convertirse en un engranaje de la maquinaria económica: la alienación. No es casual que en las descripciones del padre este no pueda desprenderse del uniforme de ordenanza, o que Gregorio Samsa, el hombre del siglo XX entregado al trabajo, padezca esta transformación y que, después de este hecho, la familia lo deseche, no solo por su apariencia, sino porque deja de producir económicamente.
El absurdo existencialista
Que Gregorio haya amanecido convertido en un insecto es una declaración de lo absurdo, un absurdo que cruza los límites, pues, pese a su condición, el insecto quiere ir a trabajar, se levanta y piensa en ello. Este es el absurdo existencial, caótico y pesimista, que nos adelanta a Camus; por eso se considera a esta novela como preexistencialista o en la línea de Kierkegaard.
La deformación expresionista
La exageración y deformación de la realidad con la incursión de un insecto para expresar la soledad hacen de esta una obra expresionista. El solo imaginar a un insecto como parte de un escenario nos recuerda al cine expresionista alemán. La intensidad con que se expresa esta condición, la deformidad y el pesimismo están cargadas de un ambiente angustiante y lleno de soledad.
El final
Kafka, en su adultez, padeció de tuberculosis, que fue consumiéndolo hasta desgastarlo. No convencido de sus escritos, los dejó a su amigo y editor Max Brod, a quien pidió deshacerse de ellos. Pero Brod decidió poner la obra de Kafka a la luz del mundo.
En suma, La metamorfosis es una alegoría. Representa la deshumanización y el absurdo en un sistema de intercambios donde lo humano parece reducirse a la apariencia y a la utilidad; y si no se cumplen estas condiciones, la sociedad lo desecha.
La muerte del insecto trae a la familia alivio y liberación.
Franz Kafka muere en 1924.
