Fausto

Publicado por Wayra en

Resumen

Primera parte

La obra empieza con un diálogo en el que Dios le dice a Mefistófeles (o el diablo) que no podrá corromper a un hombre llamado Fausto y este acepta este desafío. Seguidamente se presenta al doctor Fausto quien es un hombre que posee mucho conocimiento pero es infeliz e incluso está dispuesto a tomarse un brebaje para quitarse la vida, lo que no sucede pues es interrumpido por las campanas de Pascua.

En la puerta de la ciudad Fausto y su discípulo Wagner caminan y observan que un perro negro les venía siguiendo. Fausto decide tenerlo y cuando llega a su cuarto el perro se pone inquieto y empieza a hincharse y transformarse en Mefistófeles.

Ambos personajes dialogan y Mefistófeles promete volver para hablar nuevamente. Cuando vuelve hacen un trato. El diablo le dará a Fausto lo que desee y este le entregará su alma en la otra vida. Además, si Fausto llegara a un momento de complacencia que valdría la pena mantener en la eternidad, este moriría en ese mismo instante. El trato se cierra con una gota de sangre de Fausto.

Hecho el pacto, ambos acuden donde una bruja quien hace realidad el primer deseo de Fausto que es hacerse joven. Cumplido este deseo, el doctor le pide al Diablo poder estar con una muchacha inocente llamada Margarita. Entonces Mefistófeles deja joyas en la casa de la joven. Seguidamente el Diablo crea mentiras para que Margarita tenga un encuentro con Fausto quien finalmente logra tenerla.

Margarita para tener privacidad con su amante le da una poción a su madre para dormirla, pero exagera en la cantidad y esta muere. Valentín, un soldado y hermano de Margaríta está molesto por el honor perdido de su hermana y le reclama a Fausto, pero también muere en sus manos y con ayuda del diablo.

Fausto y Mefistófeles asisten a un ritual oscuro llamado La noche de Walpurgis.

Margarita está en la prisión pues asolada por la tragedia ahogó al hijo que había tenido. Fausto trata de ayudarla a salir de la prisión, pero ella se niega pues está al borde de la locura. La joven Margarita muere en los brazos de Fausto arrepentida. Una voz del cielo dice que está salvada.

Segunda parte

La segunda parte no sigue completamente la línea de la primera. Fausto ahora se encuentra en un mundo de ficción. Junto a Mefistófeles conoce a un emperador y después de ayudarle a conseguir dinero, este les pide que traigan a Helena y Paris. Al traerlos Fausto se enamora de Helena, pero después de una explosión queda inconsciente. Mefistófeles lo lleva a su antigua habitación. Mientras en su laboratorio Wagner estaba creando un homúnculo. Este nuevo ser despierta a Fausto de su inconsciencia. Mefistófeles con engaños trae a Helena hacia Fausto, quien al fin le declara su amor. Helena le corresponde y fruto de ello tienen un hijo llamado Euphorion el cual muere tratando de volar, al igual que Ícaro.

Fausto desea ganarle tierra al mar. Así que Mefistófeles hace que le ayude al emperador a ganar una guerra. De esta modo recibe del emperador tierras al borde del mar. Además, ya con cien años de edad, construye su propio palacio y ensancha sus tierras artificialmente hacia el mar cumpliendo así su deseo.

Terminando ya la obra Fausto continúa creando su nueva sociedad con paz y justicia para las personas que allí habiten. En su monólogo final reflexionando sobre cómo sería si se cumpliera este sueño dice: “Entonces podría decirle al instante: ¡detente pues, eres tan bello!” Fausto entonces muere.

Satán y sus lémures están a punto de llevarse el alma de Fausto, pero un coro de ángeles viene y se lo llevan. Mefistófeles maldice que le hayan arrebatado a Fausto. Ya en el cielo los ángeles dicen: “A quien siempre aspira y se esfuerza, a ése salvar bien podemos. Y si por él se ha interesado el amor desde lo alto, coros de bienaventurados le acogerán en sus brazos.”

Características

Pese que está hecha para representarse en el teatro, Fausto es una obra para leer por los diálogos extensos que contiene. La obra nos recuerda sin duda al pasaje bíblico donde se pone a prueba la fidelidad de Job.

Fausto es sin duda una de las mejores obras de la literatura, el lector llega a identificarse con el protagonista en cuanto a sus virtudes y sobre todo sus defectos. Se simboliza además al hombre moderno que, lejos de los deseos materiales del hombre medieval, busca el querer más; se representa la insatisfacción eterna con ese hombre que no se conforma con lo que tiene y siempre quiere más. Fausto es el héroe negativo. La parte final es esperanzadora, pues pese a sus defectos por los cuales el hombre debería estar condenado , este todavía vale la pena.

En los diálogos, Fausto no se sorprende al ver al Diablo, e incluso le increpa sus ofertas. Mefistófeles cree que es fácil hacer feliz al hombre con tan solo cumplir sus deseos. ¿Y qué puedes darme tú, pobre diablo? ¿Qué sabes tú de las ansias y afanes del hombre? pregunta un Fausto complejo y moderno a un Mefistófeles medieval.

En la segunda parte cargada de ficción con viajes incluso al pasado, Fausto deja de ser el romántico del “Sturm un drag” y pasa a ser un Fausto más sereno. El texto es una obra difícil su complejidad que genera varias interpretaciones. El Fausto de la segunda parte llega a ser feliz haciendo feliz a otros mediante la construcción de una sociedad ideal.

¿Es digna la humanidad de ser salvada como Fausto?

Cabe preguntarnos dos siglos después con sucesos como las guerras mundiales o un planeta herido si, al igual que Fausto, el hombre contemporáneo aún vale la pena.

“A quien siempre aspira y se esfuerza,
a ése salvar bien podemos.”

Se suele reducir la obra a un pacto a cambio de la juventud, pero al leer el texto se detalla que el pacto es a cambio de varios deseos y que además Fausto morirá si llega a la complacencia, hecho que aparentemente sucede pues cuando Fausto dice “Entonces podría decirle al instante: ¡detente pues, eres tan bello!” estaba hablando en condicional, es decir como una posibilidad y no como un hecho. Pero Mefistófeles cree que llegó a la complacencia así que Fausto muere. Entonces los ángeles se lo llevan pues el trato no se había cumplido. Los ángeles además lo justifican por que ven en Fausto la intención de salvarse.

 

 

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