Resumen

Rodión Raskólnikov es un joven estudiante con problemas económicos. Tiene en mente un plan que va ensayando al visitar a Aliona, una vieja usurera. En una taberna conoce a Marmeladov, un hombre que le confiesa su miseria: el alcoholismo. Su esposa Catalina está decepcionada de él y su hija Sonia tuvo que ejercer la prostitución a causa de este problema. Rodión acompaña a Marmeladov a su casa, donde su esposa le recrimina por llegar ebrio y sin un centavo. Rodia contempla esta escena y deja un poco de dinero. Cuando llega a su habitación recibe una carta de su madre: su hermana había sido echada de su trabajo tras ser acusada injustamente de seducir a su patrón y ahora se casaría con un hombre llamado Lujin. Rodión entiende que ella lo hará por necesidad y esto le molesta.

La idea de matar a Aliona va madurando; ahora está convencido de que merece la muerte. Camina hacia su casa, se desanima y termina en una taberna donde escucha que Aliona estará sola. Esta es la oportunidad: toma un hacha, toca la puerta, pide un préstamo y, sin tiempo para más, le inflige dos hachazos perpetrando el crimen. Busca las llaves del cofre de dinero, pero escucha unos pasos: era la hermana. No pueden quedar testigos, debe morir. Sin otra salida, Rodión acaba también con ella. Raskólnikov regresa nervioso a su casa. Al día siguiente recibe una citación de la policía; Rodia desespera y enferma, pero la citación era solo la exigencia de la dueña de casa por su deuda. En la cita escucha sobre los asesinatos perpetrados e instantáneamente se desmaya. En su paranoia esconde lo robado enterrándolo. Luego va donde su amigo Razumikin, quien le había conseguido un trabajo que rechaza. Rodión enferma, tiene fiebre y las pesadillas lo atormentan; delira, en sus alucinaciones ve al jefe de la policía y teme haberle confesado algo a Razumikin en sus delirios. El médico llega a visitarlo y, casualmente, hablan sobre el crimen; de esta manera Rodia se entera de que un pintor había sido acusado y detenido.

Llega a su habitación Lujin, el prometido. Rodión le recrimina por aprovecharse de la necesidad de su hermana.
Una vez solo, sale a caminar y siente que sus actos pesan más de lo que puede soportar. En el camino encuentra a Marmeladov, quien había sufrido un accidente y estaba herido. Le quedaba poco tiempo de vida. Ve a Sonia antes de morir y le pide perdón por no haber vencido al alcoholismo. Rodión costea su entierro con el dinero que su madre le había enviado.

El juez Porfirio cita a Rodia y parece sospechar de él, pues le recuerda un artículo que tiempo atrás había escrito en el que proponía que hay hombres extraordinarios que se pueden dar el derecho de hacer justicia. Raskólnikov, nervioso, le dice: «Yo no vi nada».

Svidrigailov, el patrón que acusó a Dunia de seducirlo, le pide a Rodión una cita con ella, que él rechaza. Lujin acusa a Rodia ante su madre y hermana por haberle dado dinero a Sonia y, tras momentos de tensión, es finalmente echado. Rodión sugiere a Pulqueria y Dunia separarse de él. Visita entonces a Sonia y le propone huir juntos, pues considera que ambos están malditos y que viven bajo los suburbios de la moral. Además, le dice que le confesará quién mató a Aliona y a su hermana.

Al día siguiente va donde el juez Porfirio, convencido de que éste sabe que él es el culpable. Mientras tanto, ante tanta presión, el pintor Nicolás se confiesa culpable.

Rodia por fin le confiesa su crimen a Sonia, quien ya lo sospechaba; ella le insta a entregarse.

El juez visita a Rodia y, con la mirada resuelta, le afirma que él es el culpable y le recomienda entregarse a la justicia. Por otro lado, Svidrigailov le dice a Dunia que su hermano era el asesino, pues le había escuchado confesándoselo a Sonia. Él quiere estar con Dunia y trata de forzarla, pero ella saca un revólver para detenerlo y logra escapar. Svidrigailov finalmente toma el arma y se da un tiro. Dunia ahora ya sabe la verdad y también insta a Rodia a entregarse.

Por último, Raskólnikov decide entregarse y es condenado a ocho años de trabajos forzados en Siberia. Sonia lo acompaña siempre. Razumikin y Dunia terminan casándose. Sonia y Rodia esperan la libertad para estar juntos.

Rodión y Dostoievski

La novela tiene algunos paralelismos con Dostoievski, quien, al ser acusado de conspirar contra el zar Nicolás I, fue condenado a muerte; aunque se le conmutó la pena por cinco años de trabajos forzados en Siberia. Esta es la obra capital de la literatura rusa. Como su título lo dice, trata sobre el asesinato y la propia condena. Rodión parece no haber dejado pistas, pero ellas subyacen en su conciencia, que no lo deja en paz.

La culpa irá agobiando a Rodia hasta hacerle confesar. Fotografía de Naqi Shahid en Unsplash

Übermensch o superhombre nietzschiano

En el transcurso de la novela se puede notar un Rodión generoso pero a la vez con ideas transgresoras sobre la moralidad que lo llevan a cometer el crimen. Desde ese momento está condenado a vivir con la culpa. Raskólnikov traza su plan con una base racional: sostiene que los hombres extraordinarios, a diferencia de los ordinarios, pueden darse el derecho de hacer justicia a su manera. Toma como ejemplo a Napoleón, de quien justifica las muertes que causaba, pues esto mejoraría la sociedad. Este pensamiento recuerda al superhombre nietzschiano.

La novela psicológica

El juez que interroga hace uso de un recurso: el juego psicológico, hacer que el acusado se sienta incómodo hasta que cometa errores en su versión para así poder llegar a su confesión. De hecho, Crimen y castigo es una novela psicológica por todo el mundo interior que Rodión padece, aunque no deja de ser también una novela policial.

Además de plantear la culpa como tema, Crimen y castigo presenta varias historias secundarias a través de sus personajes, como el alcohólico Marmeladov y su redención antes de su muerte, o Sonia, la prostituta sumisa y con cuya fe en Dios posee mayor valor moral que varios personajes. Dostoievski esboza en su novela algunas referencias al cristianismo mediante la Biblia. La obra termina con la confesión, que es la liberación de la culpa y del sufrimiento, porque solo la confesión y la ejecución de la justicia devuelven a Rodión a la sociedad de la que es parte.